Cirugías

La abdominoplastia o cirugía del abdomen es la intervención quirúrgica por medio de la cual se consigue tener un abdomen firme y plano gracias a que se tensa la musculatura y a que se elimina el exceso de grasa y piel en la zona abdominal. ¿En qué consiste? Primero se realiza una valoración exhaustiva del paciente: historial clínico (alergias, medicamentos, etc.), y se valora la musculatura del abdomen y del estado de la piel. Se realiza en el quirófano de una clínica u hospital concertado. Puede hacerse bajo anestesia general o epidural. La intervención consiste en la eliminación del exceso de grasa y piel de la zona abdominal y en el tensado de la musculatura. Tras la intervención el abdomen suele presentar cierta inflamación y los pacientes pueden notar algunas molestias que son fácilmente controlables con la ayuda de nuestros especialistas y la medicación que le recomienden. Los puntos superficiales se retiran a la semana de la intervención y los internos a las dos o tres semanas. El tiempo necesario para la vuelta a la rutina dependerá de cada paciente. Para completar el proceso el paciente deberá llevar una faja elástica especial durante el tiempo que consideren oportuno los especialistas. ¿Qué beneficios aporta? Se trata de una intervención especialmente indicada para aquellas personas que han sufrido un aumento de peso con pérdida posterior que no consiguen bajar la grasa y piel acumulada ni con dieta ni ejercicio. Está indicada tanto en hombres como en mujeres. En el caso de la mujer es especialmente útil para corregir problemas ocasionados a causa de embarazos, como estiramiento o dilatación irreversible de la piel y musculatura del abdomen. Además, en la mayoría de pacientes que se someten a una abdominoplastia los resultados son definitivos, siempre y cuando adopten unos hábitos de vida saludables: alimentación equilibrada y práctica regular de ejercicio físico.

Las cataratas son una opacidad total o parcial del cristalino del ojo. Se producen cuando el cristalino, la lente natural del ojo que tiene capacidad refractiva y permite enfocar los objetos y el paso de la luz, va perdiendo transparencia progresivamente. La aparición de las cataratas visuales forma parte del proceso natural de envejecimiento del ser humano, cuando también pueden aparecer otras patologías oculares, como el glaucoma o los problemas de retina. También existen otros factores que las propician, como la diabetes, las infecciones o traumatismos oculares y la herencia genética. La única alternativa de tratamiento para este problema visual es la operación de cataratas. Se realiza bajo anestesia local y tópica (aplicando gotas en el ojo del paciente) y no requiere ingreso. Se trata de una cirugía sencilla, que no suele requerir más de 10 minutos de quirófano. En general, la recuperación de la intervención es rápida, en pocos días se alcanza un buen resultado, pero estos parámetros pueden ser variables dependiendo de cada caso. Esta cirugía es la intervención más frecuente en el ámbito de la oftalmología, ya que es el procedimiento con mayor impacto global en la calidad de vida y en la visión. Supone un cambio en la vida y en la salud de los pacientes, ya que con un proceso sencillo recuperan la vista que habían perdido por las cataratas. Además, se pueden tratar otros problemas asociados, como la presbicia (vista cansada), la miopía, la hipermetropía y/o el astigmatismo. De esta manera, el paciente puede reducir su dependencia de las gafas y lentillas mediante este tratamiento.